El 1 de agosto, cuando estábamos entrando en modo “off”, se publicó la versión 9 del protocolo BRC. Sinceramente, información teníamos del evento, pero lo dejamos para la lista de trabajos pendientes, tocaba desconectar.
Ya de vuelta, momento para la revisión y análisis de cambios, todo el equipo de Superia empieza a trabajar, comienza el debate sobre la interpretación y cómo llevar a cabo los cambios, el objetivo es mejorar los sistemas de inocuidad alimentaria de nuestros clientes, el espíritu de los protocolos y el nuestro propio.
El análisis de los cambios debe realizarse desde dos puntos de vista. Por un lado, los cambios derivados del propio funcionamiento del esquema. En esta ocasión, un cambio importante, se introducen las auditorías combinadas, en las que será posible realizar una primera parte de la auditoría de manera remota. Se abre camino el uso de la tecnología en las auditorías, se establece una sistemática y plazos para su realización. Esta modalidad será opcional y permitirá reducir los tiempos de auditoría in situ. No se modifica la sistemática de auditorías no anunciadas, que seguirán siendo una en un ciclo de cada tres.
Los requisitos también son revisados, y mejorados, los cambios más relevantes son los relacionados con:
- Mejora en la descripción del contenido del plan de cultura. Concepto que nos ha permitido desarrollar herramientas de mejora que nos están dando grandes satisfacciones como profesionales. Una buena implantación del plan de cultura no sólo proporciona las bases para la superación de las tan temidas auditorías no anunciadas, sino que tiene un efecto más que positivo sobre la implicación y satisfacción de los trabajadores, y por qué no decirlo, de mejora de la productividad, esta última tiene que ir de la mano con la seguridad alimentaria.
- Se alinean los requisitos del plan APPCC con los cambios de la última versión del Codex Alimentarius.
- Nuevos requisitos para la gestión de procesos subcontratados, mejora en la descripción de conceptos de subcontratación y en las herramientas de control de estos procesos.
- Se amplían considerablemente los requisitos del capítulo de “equipos”, estableciendo la necesidad de realizar procedimientos de trabajo para la incorporación de nuevos equipos en planta, así como para la revisión de equipos que trabajan de forma discontinua.
- Se amplían los requisitos relacionados con la detección de equipos rayos x y aplicación de sistemas de limpieza CIP.
- Ampliación de requisitos en cuanto a trazabilidad de envases y etiquetas, siendo necesario hacer una conciliación con producción.
- Incorporación de la necesidad de realizar simulacros de situaciones de emergencia y no sólo de retirada de producto del mercado como hasta ahora.
Como es habitual, hay un plazo a partir del cual todas las auditorías que se realicen deben ser con la versión 9. En este caso todas las auditorías que se realicen a partir del 1 de febrero de 2023, por lo que los sistemas de control de cambio ya deben estar engrasados para la puesta en marcha de la maquinaria. ¡Empezamos!