Hasta la fecha existe numerosa bibliografía que se ha encargado de cuantificar, además del coste humano y social que supone un accidente laboral, los elevados costes económicos que provoca, entre los que cabe enumerar:
- Costes salariales del operario accidentado el día del accidente.
- Costes salariales de los compañeros que paran a atender al trabajador o “curiosear” que ha pasado, acompañarlo a que lo atiendan y comentar a posteriori el accidente.
- Daños materiales en la maquinaria o la instalación productiva.
- Pérdida de producción y venta por la parada de los trabajos durante el accidente e incluso las horas o días posteriores debido a los daños materiales en maquinaria o medios de producción o porque el resto de trabajadores tarda en recuperar la concentración, sobre todo si el accidente reviste cierta gravedad
- Costes salariales de la persona que investiga el accidente y todos a los que entrevista o intentan explicar las causas.
- Costes de la contratación de un sustituto con menos experiencia en el trabajo y menos productivo, que a menudo requiere de la ayuda de otro trabajador que a su vez no puede producir al mismo ritmo.
- Complementos por incapacidad temporal durante los días de baja del operario.
Pero una buena gestión preventiva puede ser muy rentable no solo por el ahorro que genera una eventual disminución de la siniestralidad, sino por factores como:
- Reducción del absentismo a corto, medio y largo plazo.
- Reducción de conflictos laborales.
- Aumento de la productividad del trabajador ante diseños ergonómicos adecuados del puesto de trabajo, especialmente en empresas con operaciones manufactureras.
- Conocimiento de los requisitos legislativos a la hora de adquirir un equipo o instalación, asegurando que no incurriremos en costes posteriores por sanciones administrativas, paradas de fabricación para la adaptación del equipo, …
Y esto sin tener en cuenta posibles sanciones administrativas y recargos en prestaciones a la seguridad social, indemnizaciones al trabajador y/o subidas en el coste de los seguros, la responsabilidad penal y los costes en abogados, peritos, costas judiciales, etc.
La integración de la prevención de riesgos laborales en el sistema general de gestión de la empresa, además de ser un requisito legal exigido por la ley 54/2003, que modifica la ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales, es una excelente oportunidad para explotar todas estas fuentes de ventaja competitiva.
Y ¿qué mejor manera de integrar la prevención en el “sistema general de gestión de la empresa” que implantar un sistema normalizado?.
La especificación OHSAS 18001 es actualmente la norma de referencia más extendida para la implantación y certificación de Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud Laboral.
Tanto es así que el propio instituto nacional de seguridad e higiene en el trabajo tiene publicada una Nota Técnica de Prevención, la 576, con el fin de orientar a las empresas en el diseño y desarrollo de sistemas integrados de gestión, destacando las similitudes y equivalencias entre la especificación OHSAS 18001, las normas ISO 9001 e ISO 14001 y los criterios del INSHT para la realización de auditorías reglamentarias conformes con la legislación vigente y destacando esta integración como clave en el camino a la excelencia y del desarrollo empresarial sostenible.
Por supuesto que, aunque la integración de la prevención es obligatoria, la implantación de un sistema normalizado y certificable es voluntaria, pero sin duda aporta numerosas ventajas a las organizaciones, entre las que cabe destacar:
- La garantía de un sistema de control del cumplimiento de la legislación.
- La clarificación de las funciones y responsabilidades en materia de Seguridad y Salud Laboral en todos los puestos de la compañía.
- La mejora de la coordinación interna y con subcontratistas.
- La mejora de la imagen de la empresa.
- La integración con otros sistemas normalizados.
- Aporta una herramienta de gestión eficaz para el cumplimiento de las obligaciones legales y la mejora continua.
- La realización de auditorías periódicas que garantizan el cumplimiento de los procedimientos establecidos.
Este puede ser el momento de implantar un Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud Laboral que delimite las responsabilidades de cada miembro de la organización y permita integrar la prevención en la empresa como un factor generador de ventaja competitiva.
Para más información contacte con Cecilio Olmos Navarro, Dirección de proyectos en c.olmos@superia.es