Son días de cambios y de mucha incertidumbre, tenemos la cabeza llena de preocupaciones en lo personal y en lo profesional. Son tiempos de ser generosos e intentar ayudar, también a clientes, proveedores y a todos los profesionales con los que de manera habitual colaboramos. Por los comunicados que he podido leer estos días, tanto de entidades de certificación como de los propietarios de los protocolos con los que trabajamos, se encuentran en esa línea facilitadora.
En todos los casos, para BRC, IFS, FSSC, Global GAP y las normas ISO, el mensaje es el mismo, ofrecer soluciones tanto para la realización de las auditorías como tener alternativas a la hora de mantener la vigencia de los certificados, trasladando la necesidad de proteger la salud de las personas, garantizar la cadena suministro de alimentos y mantener todos los procedimientos de trabajo establecidos, siendo ahora más que nunca importante garantizar la inocuidad alimentaria de los productos fabricados.
Escribo este artículo con el objetivo de aunar la postura de los propietarios de los protocolos para aquellos casos en los que la auditoría in situ no pueda llevarse a cabo. Desde el inicio de la pandemia el planteamiento ha ido cambiando y puede que siga haciéndolo, con mucha frecuencia mandan información actualizada de la que conviene estar atento, pero la postura general de cada una de los esquemas es el siguiente:
– BRC, permite un doble escenario, o bien el certificado se deja caducar, no levantándose en este caso la temida no conformidad mayor que hace temblar el resultado de la auditoría posterior, o como otra opción se solicita una prórroga del certificado de un máximo de 6 meses, para este último es necesario que la entidad de certificación contratada realice una valoración en remoto de aspectos que considera clave en la gestión de la crisis y en el mantenimiento del sistema de seguridad alimentaria.
– En el caso de IFS, no permite prorrogar el certificado, si la auditoría no se realiza el certificado perderá su validez, pero en este caso en la base de datos de IFS aparecerá que ha sido ocasionado por motivo del Covid19. IFS ha puesto a disposición de las empresas una herramienta opcional que denomina “IFS Remote Surveillance Check”, tratándose de una evaluación que pretende dar confianza en el mantenimiento del sistema, esta herramienta se podrá utilizar, pero no supone ningún cambio en la auditoría ni en el certificado.
– La solución aportada por FSSC, es la opción de prorrogar el certificado, al igual que en BRC, hasta un máximo de 6 meses, debiendo hacer una evaluación en remoto de aspectos esenciales del sistema.
– En el caso de Global G.A.P, permite igualmente la extensión del certificado 6 meses, también con la evaluación de riesgos y justificación documentada por parte de la empresa, estando en este mismo momento evaluando soluciones para la realización de auditorías en remoto.
– Las normas ISO (9001 y 14001, entre otras), han optado por mantener la programación de las auditorías, realizándose en remoto a través de plataformas que permiten la conexión y el intercambio de documentos de manera ágil.
Con la pandemia del Coronavirus todo lo que conocemos ha cambiado y nada se mantiene igual, sin duda los sistemas de gestión de las empresas se harán eco de lo sucedido y esta situación nos dejará un gran aprendizaje y la certeza de que es necesario el desarrollo de planes de contingencia para las múltiples situaciones de emergencia que se pueden dar con repercusión en la actividad de las empresas.
Ana Ferrer, Socia Responsable de Seguridad Alimentaria de Superia Consultores.
a.ferrer@superia.es